A estas alturas, no hace falta explicar por qué un museo de videojuegos es algo tan relevante y útil como uno dedicado a las artes tradicionales.a la tv, al cine oa la gastronomía. La larga historia del medio, las múltiples formas que ha tomado y la laberíntica evolución de su industria, desde que fue tratada (literalmente) por cuatro ingenieros trasteando en un ordenador que cabía en una habitación completa para convertirse en una pieza del rompecabezas alquilada. de la realidad
Pero cada vez es más importante que necesites un museo: la industria del videojuego ha tomado tantas formas, ha apelado a tantas sensibiles y ha mirado tantos objetivos (de la creación artística pura de a la génesis). éxitos de taquilla que recaudan millones) que a veces es complicado separar el grano de la paja. Además, la evolución del medio va de la mano de la tecnología, lo que que que complicante las cosas notablemente: si no se recurre a trucos un poco chapuceros como el uso de emuladores y demás inventos (ineficaces para la conservación, confusión para la divulgación ), el uso de sistemas caducos puede ser un follón desde el punto de vista técnico. A la hora de hacer aplicable el museo ya la hora de hacerlo comprensible.
Por suerte, los responsables del flamante. OXO, el Museo de los Videojuegos que esta semana abre sus puertas en Madrid, tienen las cosas claras: nos cuenta Santiago Bustamante, Director Cultural del Museo que han sido «bastante puristas». Nos dice que quieren llevar al visitante a «la emoción primigenia y el formato original» y que «en OXO todo lo que se puede probar es en el formato original, nada de emulación», lo que da buena cuenta de cómo, pese a querer ser un espacio abierto para todos los públicos, en la organización han cuidado el detallismo a la hora de elaborar la crónica de tecnología que sí no existe.
Y de esas tecnologías tiene unas cuantas este OXO que se ha plantado en el mísísimo centro de Madrid, en la plaza de Callao, con dos plantas donde se van a dar la mano tanto una exhibición permanente que refleja los senta años de la historia del videojuego. como una temporal, que para arrancar será la que festeje los treinta años de Playstation. Todo en un laberíntico espacio donde conviven el ‘Pong’, el Out Run, Dinamic, una capilla que homenajea a Kojima, una pequeña sala de recreativas, un recuerdo a las guerras de las consolas de los noventa y sistemas que pocas oc veces se tien. de probar en directo, como la Vectrex o el primigenio ‘Tennis for Two’.
OXO: Origen
OXO, una realidad, no ha nacido en Madrid, sino en Málaga. Bustamante tiene una larga trayectoria como periodista y divulgador especializado en videojuegos. En raiz de que en 2012 el MoMA empezara a incluir videojuegos en su coleccion permanente, Bustamante empezó a dar charlas en museos como el Thyssen o el Prado. relacionando el arte con los videojuegos, ya organizando exposiciones sobre el tema. Una vez te trasladas a Málaga, conoces a los hermanos Ramos (Javier Ramos es el director general y fundador de OXO), coleccionistas con los que te asocias para presentar ante la Diputación de Málaga el proyecto del museo, que acaba de abrir sus puertas en enero de 2020.
La versión madrileña del OXO es muy similar en su contrapartida malagueña, con exposiciones permanentes y temporales (for la version andaluza han pasado muestras dedicadas a sagas míticas como ‘Animal Crossing’ o ‘Final Fantasy’, o dedicadas años de 4a0) «Era una evolucion natural el pensar en abrir un OXO en Madrid», nos dice Bustamante: «Se ha planteado con la misma filosofia: en pleno centro de la ciudad y situado en un edificio con personalidad».
El enfoque del museo es totalmente divulgativo, lo que implica que el museo está más abierto a ver un punto de encuentro de familias interesadas en la temática, de conexión entre diferentes generaciones que un auténtico almacén de arqueología para expertos. Pero aun así, OXO se planta a partir del conocimiento: desde el uso de pantallas de tubo, pequeños monitores y otros artefactos retro hasta probar consolas completas. textos explicativos por todas las instalaciones que contextualizan los juegos expuesto.
«No queremos tratar el videojuego como un nicho», nos explica Bustamante, porque es cierto, en internet y otras exposiciones más especializadas en entornos más hardcore (ferias de retro, eventos para jugadores) se pueden encontrar inmersiones y más profundas el medio. Pero de momento, esta es una fabulos puerta de entrada para los más jóvenes (o, al contrario, para los más mayores = a un medio que, queda claro en las impresionantes instalaciones de OXO, es tan multiforme y variado como digno de figurar en un museo. Uno que ahora ha llegado a Madrid.
A Xataka | La gran sala retro: este hombre se ha hecho su propio museo de las consolas noventeras