En 1989, Albert Pyun gastó menos de medio millón de dólares para ganar cíborguna película de ciencia ficción protagonizada por Jean-Claude Van Damme cuyo lema era «Es el primer héroe del siglo XXI… y nuestra única esperanza». Lo extraño es que el proyecto originalmente ni siquiera existía: era una excusa para usar los trajes de Cannon que ya habían creado para la secuela de Maestros del universo y por su adaptación de Spider-man, que Pyun iba a rodar simultáneamente. Perdieron los derechos, pero como siempre pasa con esta productora, acabaron adaptándose desesperados. Y funcionó.
Jolín, Jolie
Y así cuatro años después. Con Cannon Films a punto de colapsar, La saga pasó a Trimark Pictures, que se encargó de lanzar extravagantes películas directas a vídeo.. Cyborg 2: Sombra de cristal Se trataba de un producto típico de un videoclub de 1993, que de algún modo consiguió que Jack Palance y Elias Koteas protagonizaran el debut protagonista de la mismísima hija de Jon Voight y Marcheline Beltrand: así es, la mismísima Angelina Jolie.
Jolie tenía 17 años y disfrutó filmando la película, pero como dijo años después, cuando vio el resultado final, se sintió tan mal que comenzó a vomitar y sintió náuseas. De hecho, durante un año, Se negó a hacer castings por miedo a acabar nuevamente en películas como ésta.. En 1995 afortunadamente pudo recuperarse gracias a piratas informáticoslo cual fue un fracaso, pero al menos lo puso en el mapa del cine no directo a vídeo.
Por cierto, esta no fue la primera película de la actriz: ese honor realmente le corresponde buscando salirdonde tenía siete años y quien interpreta a su padre, pero todos podemos estar de acuerdo en que no es tan impactante como Cíborg 2. Por cierto, Jolie aceptó hacer Cyborg 3 dirigida por el mismo director, Michael Schroeder. Ella pudo abandonar el proyecto, pero él, que sólo quería trabajar con esta prometedora nueva actriz, se vio obligado a dirigirlo.. Fue horrible, por supuesto, pero al menos Jolie no tuvo que sufrirlo. Lo que se necesita.